2º día de Triduo de la Hermandad y Pregón rociero

El sábado 17 de mayo por la tarde se celebró el 2º día de triduo, la Eucaristía fue presidida por nuestro Consiliario, Rvdo. P. D. Felipe Rosario Bruno.
Una vez finalizada la Eucaristía, el Señor nos ha dado el privilegio de escuchar, a una gran presentador y a un magnifico pregonero, que nos llevaron hasta la Aldea del Rocío, para recordar de la mano de Santa María del Rocío, que felicidad es ser Cristiano y Rociero. Ellos transportaron a los presentes a esas benditas arenas, este gran pregón corrió a cargo de D. Alonso Sánchez Martín, que fue presentado por su gran amigo Rubén Garrido Címbora. El pregón llegó hasta la capital desde Huelva, muy cerca del Santuario del Rocío, donde reside D. Alonso, un pregón lleno de sentimientos donde transportó a los oyentes a ese Rocío que tanto anhelamos los que estamos lejos de Ella. La fuerza de su fe se vio en sus palabras, que nos la trasmitieron a todos los presentes. No dejéis de sonreír y de contar vuestros sentimientos, es una bendición de Dios poder escucharos.
Gracias Alonso por ese bonito momento que hiciste pasar, gracias por cada “Viva” que diste y que puso la piel de gallina a los asistentes.
Agradecemos y damos las gracias a las Hermandades presentes que son grandes amigas, su compañía y su cariño en este día de Triduo, y a todos los que nos han encomendado con sus oraciones a nuestra Hermandad, para que todo saliera bien.
A la finalización de este acto y como es costumbre pasamos a los salones parroquiales a disfrutar de un vino español y donde pudimos disfrutar de unos cantes y bailes…






































































Las ruedas besan la tierra
las promesas y oraciones
los bueyes se hacen himno
que caminan sin canciones
y en cada paso del carro
una historia se derrama
un recuerdo y una mirada
un suspiro que se difama.
No hay calle que no resuene
con el eco del tambor
ni niño que no haya dicho
madre mía del amor
en cada nota del coro
un consuelo al que lloro
y en cada alma encendida
una fe que no cayó.
Y en el paso del que llora
en la voz del que cantó
en la espera silenciosa
que nunca la encontró
esta el alma de este pueblo
su razón y su destino
la esperanza que no muere
y el consuelo más divino.
Y POR ESO HOY ME LEVANTO
CON EL ALMAR ENARDECIDA
CON LA VOZ HECHA CAMPANA
Y LA SANGRE ESTREMECIDA
PA DECIR SIN TEMORES
CON EL PECHO BIEN ERGUIDO
CON LA EMOCIÓN EN LA BOCA
Y EL CORAZÓN ENCENDIDO
QUE TODO LO QUE YO SOY
TE LO DEBO A TI ROCÍO.