-ARTICULO DE UNA EMOCIONANTE Y ESPERANZADA PEREGRINACIÓN-

El fin de semana del pasado 1 al 4 de noviembre, la Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío la Estrella de Madrid realizó su peregrinación anual. Era la XXII peregrinación extraordinaria  al Santuario de la Virgen del Rocío, que se realiza en la Aldea almonteña, una vez más la peregrinación tuvo sabor a marisma, olor a romero y tomillo, hubo convivencia, y el esperado camino que otras veces, por causa de las inclemencias del tiempo, nos dejó con la miel en los labios. En un día esplendoroso pudimos disfrutar compartiendo entre todos los hermanos el amor y la devoción rociera, en comunidad, en Hermandad. El tiempo en la Aldea pasa volando, pero cuando llegas cansado del camino y te postras ante su bella estampa, todo se para y nada se interpone entre tus palabras y su mirada, se acaba el murmullo y las pisadas que arrastran arena, solo existe Ella y tu oración y plegaria.

Un año más el lugar de alojamiento y pernocta fue la casa de Hermandad de Córdoba en el Rocío, los peregrinos se repartieron entre las habitaciones de la casa y los hoteles colindantes dentro de la Aldea. Allí se está como una gran familia, se reviven en muchos peregrinos las vivencias de esos añorados días de Rocío. Para algunos hermanos ha sido su primera y emotiva experiencia ante la Blanca Paloma, que con seguridad no olvidarán.

Todo empezó la tarde del jueves, los hermanos llegaban ilusionados y ya por la noche después del rezo de la Salve, se vivió una gran convivencia donde no faltaron, las sonantas y los rezos por sevillanas.

Al despertar el alba del viernes llego el autocar desde Madrid con más hermanos, traían las caras cansadas por estar toda la noche viajando, pero fue pisar la arena y sus alegría empezó a brotar. Por la tarde se celebró la Santa Misa de difuntos dentro de la casa de Hermandad, oficio el Vicario Parroquial de nuestra Sede Canónica, Rvdo. P. D. Manuel Sánchez. Era la primera vez que visitaba el Rocío, se le veía emocionado y contento; en su homilía nos narró cuál era su camino y las experiencias que estaba encontrando en esta peregrinación, y por supuesto, nos habló del recuerdo tan añorado que tenemos a tantas hermanos que han partido hacia las marismas eternas. El día terminó una vez más, con la oración del Dios te salve, teniendo unos minutos de silencio escuchando las  palabras de nuestro querido sacerdote, delante de nuestra Madre Rocío y su Divino Hijo.

Salió el sol el sábado y nos pusimos en camino, con tiempo casi primaveral y mucha ilusión en el corazón, siguiendo las sabias indicaciones de nuestro Alcalde de Carretas, D. Pepe Calero. Partieron para realizar el camino casi todos los hermanos hacia la Ermita, con entrada por el Camino de los Llanos. Sevillanas, plegarias y rezos a la Reina de las Marismas acompañaron todo el trayecto, ya en la Ermita y junto a nuestro Guion de Camino, que portaba el bueno de Francisco Girón emocionado, la Hermandad hizo su presentación ante su venerada titular, la Virgen del Rocío.

A las siete de la tarde, dio comienzo la procesión con nuestra preciosa Lágrima acompañada acompañada por la Junta de Gobierno, hermanos y nuestros pequeños y adorables tamborileros, precedió al rezo del solemne acto del Santo Rosario; lo celebró nuestro Consiliario, Rvdo. P. D. José Luengo Coloma, estaban también convocadas el resto de la Hermandades desplazadas en peregrinación extraordinaria, terminando así un gran día de oración y veneración a nuestra Santísima Virgen del Rocío.

A las siete de la mañana del domingo la Hermandad despertó, se preparaba la Santa Misa de peregrinación en el Santuario,  la imagen de la Virgen en nuestra Lágrima se veía sonriente mientras se preparaba la comitiva de la procesión, encabezada por nuestros geniales tamborileros,  la Junta de Gobierno, Presidente, Hermana Mayor y representantes de la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad Madrina de Ntra. Sra. del Rocío de Trigueros, y hermanos presentes de la Hermandad, precedió la celebración del solemne acto de la Eucaristía, presidida por nuestro Consiliario, Rvdo. P. D. José Luengo Coloma, y cantada por el coro de la Hermandad emocionando a todos los presentes. El Consiliario en su homilía se refirió al amor que debe existir en las Hermandades, como nos enseña María en su vida, ese amor se debe notar en cada hermano para hacer feliz al Pastorcito Divino y a su Madre, la Virgen del Rocío.

Los momentos vividos de convivencia y hermandad en la casa y en la aldea han sido inolvidables. Nuestro agradecimiento a nuestro Consiliario y al Rvdo. P. D. Manuel, por su ayuda y cariño a esta Hermandad; a la Junta de Gobierno de Trigueros por acompañarnos en esos momentos importantes para la Hermandad, sin olvidarnos de la Junta de Gobierno de la Real e Ilustre Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Madrid, junto a su ahijada la Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Collado Villalba y a la Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de San Sebastián de los Reyes, por su cortesía visitando nuestra casa y compartiendo una grata velada; a la Ilustre y Fervorosa Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Córdoba por cedernos su casa y a la Pontificia, Real e Ilustre Hermandad Matriz de Ntra. Sra. del Rocío de Almonte por darnos la oportunidad, un año más, de poder estar junto a Ella, la Madre del Pastorcito Divino. Estando allí delante a tus plantas, cuantas peticiones te hemos realizado, cuantas lágrimas derramadas y emociones compartidas, que bonito es estar junto a Ti.