Una vez más se volvió a ver una espléndida Sabatina, celebrando el día de la Candelaria en honor de nuestra Madre, la Virgen del Rocío, radiantes todos los presentes, sobre todo los rocieros que rodeaban a su Simpecado, se prendieron las velas, en este día de la Luz, que celebramos. Llama de futuro, luz  que está siempre encendida,  aunque exhale el desánimo, faro que brota en Israel, que mana en cada momento,  la inagotable luz es Jesús y así se nos presenta en la Candelaria, recordando al Pastorcito Divino en el Templo y  la Purificación de la Virgen después del parto.

Que placer es sentir el pálpito de cada corazón que  ansía la ayuda de la Blanca Paloma, y en percibir en los demás hermanos la presencia del Señor, en cada uno  de los momentos de sus vidas. La Junta de Gobierno os da las gracias a cada hermano o parroquiano y amigo, que asiste o participa en los actos de la Hermandad, de un modo activo o de un modo más pasivo, toda acción, por pequeña que sea, hace que la Hermandad crezca en la adoración a Dios y en la veneración de nuestra Madre, en su advocación de Virgen del Rocío. 

La Ceremonia Eucarística fue oficiada, por el vicario parroquial, Rvdo. P. D. Manuel Sánchez. Los niños fueron protagonistas en este día de la Luz;  se colocaron con sus velas junto al Altar, estaban emocionados. La vocalía de Culto, en su labor desinteresada, junto a la dirección de la parroquia prepararon este acto con mucho detalle, dando velas a cada uno de los presentes acompañando los cantos de dicho día con la Liturgia. El coro como siempre, ha vuelto a  rezar cantando.

D. Manuel nos recordó lo que decía el Evangelio del día, que sobre todo la enseñanza de Jesús se realiza siempre con autoridad, dando a entender su gran poder ante todo. También se refirió a que Dios envío a su Hijo para que escucháramos su palabra, como nos recuerda el Deuteronomio, cuando Moisés habló a su pueblo, y cuando San Pablo nos escribió diciendo: “Os digo todo esto para vuestro bien, no para poneros una trampa, sino para induciros a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones.”

Para culminar este día nos fuimos a la cena, una gran convivencia, en el  Rte. Mi Capricho en la avenida de la Albufera, 323.

Todos formamos la Hermandad, si juntos oramos y comunicamos nuestra fe cristiana y rociera, la Virgen del Rocío nos mantendrá unidos al Señor, de ésta manera nos ayudaremos a crecer mutuamente como hermanos.

Desde estas líneas pedimos por una pronta mejoría de nuestro Consiliario, con el deseo que pronto esté entre nosotros de nuevo.