D. Manuel nos recordó un lema del antiguo consiliario de como es el agradecimiento de la parroquia que decía “Todo es gracia, todos son”, en ese lema se descubre la gracia, el amor y alegría que nos da el Señor. Lo que le impresiona a Manuel es la cantidad de gente que ha venido a ver al Simpecado durante la pandemia, los que miran su medalla, los que han visto las Misas por televisión, así se ve la fe rociera, así se ve que no estamos cómodos en el sofá que estamos caminando todos los días, esa semilla que el Señor nos ha regalado va creciendo día a día, la Virgen sale al camino cuando vamos hacia la Aldea del Rocío, así Ella nos calma y nos acoge, si nosotros no queremos nadie nos va a quitar ese camino al lado de nuestra Madre, nadie me quita la Hermandad, nadie me quita esa esperanza al caminar, y se va creando el fruto solo, el que camina siempre sabe cuál es la meta, sabe lo que el Señor nos pide. El padre Manuel ha estado en un pueblo de Zaragoza donde tocaba en el Evangelio las Bienaventuranzas, bienaventurados los  humildes, los que sufren, los que lloran, etc. San Ignacio de Loyola, decía que hay que preguntar al Señor si uno se atreve, esto es muy bonito, si uno está enamorado de Santa María de las Rocinas  si uno está enamorado del Pastorcito Divino, hay que preguntarse qué tengo que padecer Señor por ti, que amor me pide el Señor tener  para poder dar fruto, para que mi corazón se abra a lo que el Señor quiere para mis hermanos, para todo lo que hay a mi alrededor, el corazón es un corazón que siempre se tiene que entregar.